¡Madre infeliz!

Dos hombres llevan en volandas el cuerpo de una mujer que se podría haber desmayado por el hambre. Junto a ellos una niña llora desconsoladamente cubriendo los ojos con sus manos. En el fondo podemos ver un cuerpo en el suelo, quizá un cadáver que ha dejado tras de sí la hambruna.

Goya emplea el aguatinta para realizar el cielo y parte del suelo siendo complejo discernir dónde empieza uno y dónde el otro. Crea, de esta manera, un ambiente irreal y nebuloso que incrementa el dramatismo de la escena. No existen referencias espaciales aunque, a juzgar por la oscuridad, podríamos pensar que es de noche. En medio de esta oscuridad el pintor aragonés ha creado tres puntos de luz. Uno de grandes dimensiones en el centro formado por los hombres que sujetan a la mujer. Otro más pequeño que se sitúa a la derecha, es decir, la niña que llora alejada separada de su madre. El último es el cadáver abandonado a su suerte que se encuentra en el fondo, a la izquierda.