José Manuel Ballester «vacía» obras del Bosco, El Greco y Goya. ABC.es

Exhibitions
24 Jun 2016

El Museo Lázaro Galdiano exhibe «Paisajes encontrados», donde desaparecen los personajes y figuras vivas de importantes cuadros de estos maestros.

En 2007 José Manuel Ballester puso en marcha un interesante proyecto, «Espacios ocultos», en el que «vaciaba» de figuras algunas de las más importantes obras de arte, dejando solo el paisaje del fondo y los objetos. Entre ellas, iconónicos cuadros como «El Jardín de las Delicias», del Bosco, y «La Anunciación», de Fra Angelico. Desde entonces ha continuado «apropiándose» de lienzos en los que, sobre todo, predominara la arquitectura y los espacios interiores, una de las obsesiones en toda su producción. El resultado de esta descontextualización resulta siempre sorprendente.

El Museo Lázaro Galdiano de Madrid ha retomado ese proyecto, proponiéndole al artista madrileño el reto de seleccionar algunas obras de su colección para que «interviniera» sobre ellas. Eligió a tres maestros: El Bosco, El Greco y Goya. No tiene mal gusto. «Son tres ejes importantes de la Historia del Arte, cada uno en su línea», puntualiza Ballester. Del primero, «Meditaciones de san Juan Bautista», del que se exhibe una reproducción, ya que el original se ha prestado para la gran exposición central del V centenario de la muerte del maestro que el Prado ultima y abrirá al público el 31 de este mes. En este caso, no se limitó a eliminar las figuras y seres vivos, sino que, rizando el rizo, en una segunda obra recupera la figura del donante que el propio artista ocultó pintando encima una gran planta y que salió a la luz en los estudios de la obra. Explica Ballester que casi coincide con el donante que aparece en otra de sus obras: «La Adoración de los Magos» del Prado.

También ha trabajado con «La Visión de Tondal», atribuida al taller del Bosco y que ya preludia «El Jardín de las Delicias». En una sala anexa, «El jardín deshabitado», impresión digital sobre lienzo que reproduce, con las medidas originales, la obra más célebre del Bosco: imaginamos el arduo trabajo que ha supuesto no solo eliminar tantísimo personajillo del tríptico, sino reconstruir el hueco que deja su ausencia. «Es un trabajo parecido al de un cirujano plástico, que reconstruye lo que ha desaparecido», advierte. ¿Cómo fue la experiencia? «Tú vacías esa obra y te llenas de información», comenta. En una pantalla, «Concealed Garden», vídeo en el que Ballester trata de desentrañar por primera vez el estudio compositivo del cuadro más complejo y misterioso de la Historia del Arte: su estructura geométrica, los recorridos visuales... Hasta ahora tan solo se había llevado a cabo su estudio iconográfico. «Esta obra supone una enciclopedia del saber de la época». A Ballester le sorprendieron los pocos arrepentimientos y correcciones que hay en un tríptico de tal complejidad; su claridad y decisión.

Cada paisaje define una época

La exposición «Paisajes encontrados», organizada por el Museo Lázaro Galdiano y Arte Global y que está patrocinada por la Fundación Banco Santander e idealista, puede visitarse hasta el 11 de septiembre. Al igual que con El Bosco, Ballester propone también una nueva lectura de Goya, con tres de sus obras de la colección del museo: «El Conjuro o Las brujas», «El Aquelarre» y «La Era o el verano». Finalmente, El Greco está presente con «San Francisco en éxtasis», de la colección del Lázaro Galdiano (la visión de la calavera, que deja de ser persona para convertirse en objeto, sobre ese fondo gris plomizo, iluminado por el sol, sin el santo, resulta impactante) y «Cristo agonizante con Toledo al fondo», de la Colección Banco Santander. «El cielo del "San Francisco en éxtasis" es complicadísimo, con muchas tonalidades y carga en el pincel», dice el artista.

Explica José Manuel Ballester cómo cada paisaje define una época: «El contexto condiciona la manera de entender, apreciar y relacionarse con la realidad propia de cada momento histórico y es determinante en la manera de ver la realidad en toda ejecución artística». Así, el paisaje romántico de «El Conjuro o Las brujas» y «El Aquelarre», de Goya, y el costumbrista de «La Era o el verano»; el renacentista y surrealista de El Bosco; el manierista de las obras del Greco, que sitúa muy cerca del expresionismo alemán... Confiesa que lo que más le ha sorprendido es «el rigor y la coherencia con los que están ejecutadas estas obras, como desmuestran los paisajes que he ido descubriendo». La comisaria de la muestra, Elisa Hernando, añade que el espectador «podrá descubrir nuevas lecturas de los clásicos y su conexión con obras de arte posteriores».

¿Da por terminada esta serie? José Manuel Ballester está ultimando vaciados de obras de Van Dyck y Filippo Lippi para el Palacio Ducal de Génova y tiene pendiente un proyecto para China, pero de momento la dejará aparcada. ¿No ha intentado vaciar algunas de sus propias obras? «No se me había ocurrido. Buena idea. Quizás lo haga algún día».

 

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