Animal de letras (G.4)

Véase Se hace militar (G.1).

Un gran felino humanizado, con orejas puntiagudas y unas enormes zarpas, agarra un libro con aire solemne, aunque no parece muy concentrado en su lectura. Detrás de él asoma un personaje que sonríe maliciosamente y parece empuñar una escoba. Hay distintas interpretaciones de este episodio. Para Gassier, Goya estaría satirizando a las presuntas gentes de letras que, sin poseer una verdadera cultura, alardeaban de sus bibliotecas. Otro significado propone Michael Armstrong Roche (en MENA, 1998), quien identifica Animal de letras como un eufemismo de letrado, que podía designar al pedante o al abogado. La pésima fama de éstos últimos, en cuanto a falta de honradez y a sus aires de erudición, encajarían con la caracterización que Goya da a este personaje, mitad hombre, mitad felino. Sus zarpas o garras son también las de un gato, es decir, un ladrón que va a ser castigado por sus robos. Ambas iconografías, en cualquier caso, mostrarían la evidente intención crítica y moralizante por parte de Goya que despliega en los dibujos de esta serie. Como en otros dibujos de los cuadernos de Burdeos, el artista combina diferentes tipos de trazos con el lápiz, descritos por Gassier (entrecruzados, en forma de sierra, etc.), para crear variados efectos de textura en las superficies y transmitir la sensación de pelaje animal.