La Fundación Goya en Aragón amplía su catálogo online con el Album de Madrid. Heraldo.es
La Fundación Goya en Aragón sigue su trabajo de documentación sobre la obra de Francisco de Goya y ha incorporado en su catálogo online el álbum de dibujos conocido como 'Álbum de Madrid' o 'Álbum B', realizado entre 1794 y 1797.
Con esta incorporación, el catálogo online de Goya cuenta con casi 1.100 registros que incluyen Pintura de caballete (en sus diferentes temáticas), pintura mural, estampas y dibujos, según informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
Las fichas del catálogo cuentan con datos técnicos y de procedencia, el historial de cada obra, un análisis artístico, bibliografía y exposiciones en las que ha formado parte, entre otros datos.
En la descripción del Álbum se indica que está realizado en un buen papel holandés verjurado, y fue encuadernado por su margen izquierdo. Los dibujos, en ambas caras del papel, están ejecutados a pincel y aguada gris, aunque algunos están retocados con tinta negra.
Hoy se conocen treinta y ocho hojas que contienen setenta y cuatro dibujos, de los cuales el más alto numerado es el 94.
Los 38 primeros dibujos (B.3-B.50) son muy afines a los del Álbum A, hasta el punto de que podrían considerarse contemporáneos a ellos y recrean en buena medida los mismos temas galantes, donde la mujer es la protagonista principal.
No obstante, las composiciones se vuelven ahora más complejas y elaboradas, en las que los personajes se multiplican, proyectándose uno o dos de ellos delante de la escena y distribuyéndose los otros en varios planos secundarios, con lo que se crea un efecto de profundidad enriquecida por las luces y las sombras.
Hacia el dibujo B.28 (Grupo de majas de paseo) el pintor de Fuendetodos comenzó a experimentar con la colocación de las figuras sobre un fondo oscuro rectangular, recurso que mantuvo hasta el final del cuaderno, explica la citada nota de prensa.
Con el uso de la luz destaca aquellas zonas sobre las que quiere llamar la atención, contrastando con un fondo de aguada que prefigura el uso del aguatinta típico de Los Caprichos.
A partir del dibujo B.55 (Máscaras crueles) todo cambia, aunque esta transformación pudo arrancar en alguno de los inmediatamente anteriores hoy desaparecidos.
Empiezan a aparecer las leyendas, primero con una sencilla palabra y luego alargándose con leguaje punzante y nada convencional, a menudo comportando un doble significado, que lo es también visual. Los majos, majas y petimetres dejan paso a nuevos tipos de personajes grotescos cuyos rostros se deforman.
Las máscaras, la brujería y la caricatura se suceden dibujo tras dibujo y parte de ellos serían estudios preparatorios para algunas estampas de Los Caprichos.
En ocasiones varios dibujos forman una breve secuencia narrativa, como si fuera un cómic, en los que las leyendas ayudan a que un dibujo lleve al siguiente, una estrategia que seguirá en Los Caprichos.