Maniatado de rodillas (H.21)

Véase El cántaro roto (H.1).

Es una de las escenas con personajes presos o maniatados incluidos en este Cuaderno H, como Maniatado en un camino (H.14) o Prisionero medio desnudo (H.30). Al igual que estas, los motivos o circunstancias del cautiverio quedan en el aire y la historiografía no ha apuntado ninguna interpretación concreta de este sencillo dibujo. En el caso de Maniatado de rodillas se trata de un viejo arrodillado, con las manos atadas por delante y el torso ligeramente girado hacia la izquierda de la composición. Su mirada se dirige fuera de los márgenes del papel, quizá hacia su captor. La puesta en escena es muy similar a la de otros dibujos de estos cuadernos bordeleses: una única figura protagonista recortada sobre un fondo desnudo. El lápiz de Goya acentúa los aspectos más expresivos del personaje, como los cabellos y la barba, perfilados con lápiz craso; las andrajosas vestiduras se han sugerido con enérgicos trazos y la sensación espacial apenas se sugiere mediante una porción de sombra que proyecta a la derecha el personaje.