Pocas horas te faltan (C.102)

Véase Por no trabajar (C.1).

De nuevo nos encontramos ante un dibujo sencillo, realizado con pocas líneas para definir los volúmenes, pero que transmiten perfectamente lo que narra la leyenda que acompaña a la escena. Vemos una figura de género poco definido, aunque se ha identificado tradicionalmente como una mujer, de rodillas, apoyada en una roca y con un pequeño libro entre las manos. Destaca por su delgadez, pero sobre todo por su resignado rostro doliente de ojos cerrados. La leyenda hace referencia a las pocas horas que le quedan de vida, pues va a ser ejecutada de forma inminente.

Gassier opina que el dibujo está sin terminar y destaca una serie de líneas que a su juicio tiemblan un poco más de lo habitual y que en consecuencia considera propias de otra mano. Por su parte, López-Rey describe la obra como ejemplo del límite entre el heroísmo y la debilidad humana y destaca que la manera de apoyarse en la piedra que tiene la figura crea una sombra que, aunque ligera, es indicativa de que el dibujo está acabado y de que tiene una factura cuidada.

Este dibujo del Cuaderno C forma parte de la subserie general de 29 dibujos correlativos (C.85-C.114) dedicados a presos y torturados por el Santo Oficio.