¿Qué trabajo es ese? (C.124)

Véase Por no trabajar (C.1).

De nuevo estamos ante un personaje solo en medio del espacio. En este caso, el fondo de la escena es el propio papel-soporte sin intervenir, sobre el que se recorta la figura, que resulta un tanto monolítica y queda bastante oscurecida, tanto en su parte superior como en la inferior, a excepción de una franja prácticamente blanca correspondiente a los brazos. El personaje, que es masculino, proyecta una ligera sombra sobre el suelo, plasmada mediante una sencilla línea. Se trata de un monje, pues lleva hábito oscuro y la capucha puesta.

Estaríamos de nuevo ante una crítica a la vida monacal, centrada en este caso en la orden capuchina a tenor del hábito que lleva el personaje. La leyenda que acompaña al dibujo hace referencia al trabajo, regenerador para el hombre y vital para la sociedad, pero presentándolo como algo ajeno a la realidad monástica, centrada en la vida contemplativa, poco productiva para la nación.

Este dibujo pertenece a la subserie de trece dibujos sobre la vida monacal (C.119-C.131) que cierra el Cuaderno C, concretamente al subgrupo de siete obras centrado en la crítica satírica de la misma.