Cabeza de ángel (1)

Es uno de los tres dibujos preparatorios que se conocen de cabezas de ángeles mancebos para la bóveda del Coreto de la basílica del Pilar de Zaragoza,  que pintó Goya al fresco en 1772 bajo el tema de la Adoración del Nombre de Dios. Los otros dos dibujos se conservan en el Museo  de Zaragoza y en el Museo del Louvre. Con este encargo demostró su habilidad para realizar una composición a gran escala, siendo su primer trabajo público y para un lugar singularmente emblemático de la ciudad.

Los cambios que se observan entre el boceto preparatorio y el fresco definitivo, así como su comparación con los tres dibujos, demuestran que Goya estudió la obra detenidamente.

Hay algunas discrepancias respecto a cuál de los diversos ángeles del fresco corresponde a cada uno de tres los dibujados, si es que se puede hablar de una correspondencia directa. Este en concreto se emparenta con el ángel situado en pie, a la izquierda de la composición.

El modo en que están dibujados responde a un prototipo de belleza ideal clasicista que Goya había contemplado en su estancia en Italia, utilizando trazos paralelos y cruzados para conseguir el sombreado en el rostro. En ocasiones oscurece la zona en torno a los ojos como recurso más expresivo.