Disparate fúnebre

El cadáver de un hombre muerto yace en el suelo envuelto en un sudario. Un extremo del manto se eleva hasta cubrir a parte de un anciano calvo, con rostro cadavérico, que levita por los aires. Este personaje se ha identificado con el alma del muerto que asciende, no al cielo sino a un mundo poblado por espíritus y espectros. Se le acercan volando unas arpías. En el ángulo superior izquierdo un hombre ahorcado cuelga inerte y, junto a él, otra serie de personajes vestidos con  mantos también se le aproximan. A la derecha, un grupo de figuras expresan diferentes actitudes: una levanta los brazos y otra manifiesta asombro. Se suelen relacionar con los fantasmas de las víctimas del difunto, que acechan su alma más allá de la muerte.

Posiblemente, esta estampa sea la expresión del estado emocional de Goya en un duro momento, durante sus últimos años de su vida, en el que tenía que tomar la difícil decisión de exiliarse fuera de su patria o no.

Una aguatinta muy densa asegura una negrura que facilita la visión sombría de Goya. Usa el bruñidor para conseguir las pocas zonas iluminadas y el buril para reforzar la línea de la espalda de la figura central.

El personaje principal de esta estampa se relaciona, en posición invertida, con el demonio en caída del dibujo preparatorio de un disparate no realizado titulado La desesperación de Satán.