Los patinadores

Escena de aire alegre en la que se muestra a un grupo de personas patinando sobre un lago helado. El carácter pintoresco del dibujo viene dado por la variedad de actitudes de los personajes, por las diferentes direcciones y giros que toman, dirigiendo así la mirada del espectador e imprimiendo movimiento al conjunto. En el centro, una madre patina con su hijo en brazos. Una mujer con un cántaro en equilibrio sobre la cabeza está a punto de salir de la escena por la derecha. Un niño montado en una especie de trineo está presto a desparecer por el margen izquierdo. Otras figuras parecen danzar en solitario, abrigadas y con gorros. Goya ha dotado de profundidad a la escena gracias la diferencia de escala de las pequeñas figuras lejanas.

Este tema, muy habitual en las escenas de género de la pintura holandesa, resulta raro, por cuestiones lógicas, en el arte español. Goya, como recuerda Gassier, ya había abordado el tema en dos dibujos del Cuaderno F: Los patinadores y Muchedumbre en un parque. Gassier ubica el origen del episodio en el primer invierno bordelés de Goya, el de 1824-1825, que fue especialmente helador, como relató en una carta su amigo y también exiliado Leandro Fernández de Moratín (1760-1828).

Ilatovskaya profundiza en el aspecto del dibujo, cuyas líneas cortantes y quebradas parecen querer imitar los trazos de una obra gráfica, aguafuerte o punta seca. El pormenor de los detalles, los varios niveles de profundidad que Goya ha creado, no restan coherencia y fuerza al conjunto, bien al contrario, dan a la escena un aire muy decorativo.