Ve Vd. que expresión, pues no lo cree el marido (C.19)

Véase Por no trabajar (C.1).

Grupo de tres figuras, entre las que se distinguen mejor dos de ellas. La del primer término parece desmayada y la del fondo del grupo tiene los brazos abierto en señal de exclamación. Entre ambas hay otra figura, de la que solo vemos con claridad los brazos que rodean a la del primer término, como para sujetarla o reanimarla.

Hay un gran contraste entre el grupo de figuras y el fondo, totalmente despejado y neutro. El juego de luces y sombras, muy eficaz en la joven del primer término, no sirve para los otros dos planos secundarios. Destaca el rostro de la mujer desmayada y parte de su vestido, además del rostro del marido.

La interpretación del dibujo puede ser equívoca por la manera en que Goya dispuso las figuras. La leyenda que lo acompaña aclara que, aunque es cierto el desvanecimiento de la muchacha, el marido, que se encuentra detrás del todo, no lo cree así. López-Rey interpreta la escena como un amante que recoge a su amada desmayada mientras el marido de esta, detrás, hace gestos exclamativos. Gassier considera que la figura que sostiene a la mujer no es su amante, sino una amiga o una criada.