Abrazo paternal (C.10)

Véase Por no trabajar (C.1).

En la escena vemos a un hombre cubierto por una especie de turbante que abraza a una mujer joven bajo un arco, rodeado de otros personajes. Por el título que le puso Goya, parece deducirse que la figura masculina es el padre de la muchacha, pero paradójicamente no existen indicios en el dibujo que conduzcan a esa conclusión. En cualquier caso, a través de los títulos Goya relacionó premeditadamente este dibujo con el anterior del Cuaderno C, titulado Buena mujer, parece (C.9) y centrado en el amor de madre, frente a este, en el que representaría el amor de padre.

Gassier ve en esta escena la salida de una joven del convento y el recibimiento que le brinda su padre, que le ha ido a buscar. Una supuesta religiosa, a la izquierda, baja la cabeza y abre los brazos en un claro gesto de resignación. La joven está bañada por la luz y, a la derecha, encontramos a un hombre con sombrero que lleva una mula para el viaje. El arco bajo el que se desarrolla la acción lo domina todo, acentuando la sensación de salida hacia la gran claridad, hacia la libertad.

La postura de la pareja que se abraza recuerda al grabado de los Desastres de la Guerra titulado No quieren, en el que un soldado agarra a una joven para abusar de ella, de ahí el título. Si el tema aquí representado fuera parecido y tuviera una intención crítica similar, la mujer que aparece a la izquierda sería probablemente una celestina y el personaje masculino un cliente de avanzada edad que se dispondría a disfrutar de los favores de una joven meretriz. No obstante, se desconoce en realidad el significado real del dibujo y su intención final.

En esta obra Goya emplea al mismo tiempo la tinta parda clara y la china, reservada esta fundamentalmente al portal y a las sombras del primer término, creándose los efectos de claroscuro deseados.