Buena mujer, parece (C.9)

Véase Por no trabajar (C.1).

En este dibujo del Cuaderno C Goya trata de nuevo el tema de las relaciones de los adultos con los niños. En la escena vemos cómo una mujer, sentada en una silla, sostiene a un niño en brazos de manera tierna, algo propio del amor maternal. La composición, que es muy bella, recuerda, según López-Rey, a la de un dibujo del Cuaderno A o Cuaderno de Sanlúcar que muestra a la Duquesa de Alba abrazando a su pequeña protegida: La duquesa de Alba teniendo en sus brazos a María de la Luz. Llama la atención el hecho de que en el caso del dibujo que nos ocupa, Goya añada al título de Buena mujer el término parece, dejando en suspenso también la mirada de la protagonista, que parece estar abstraída. Goya rechaza fiarse de las apariencias.

Gassier también ve representada en el dibujo a una madre, con una gran felicidad expresada en su rostro. La mujer, que va ataviada con unos vestidos muy sencillos, muy humildes, lleva los pies descalzos y abraza con cariño al niño, mientras inclina el rostro hacia él y con los labios le besa la cabeza. La actitud de la mujer es a su juicio muy sincera y contrasta con la que refleja un dibujo del Cuaderno B o Cuaderno de Madrid titulado Joven tomando a un niño de los brazos de una sirvienta, en el que la sirvienta parece más maternal que la propia madre.

El dibujo carece de connotaciones religiosas, a pesar de que la postura que adopta la madre con el niño pueda recordar a la típica representación de la Virgen con el Niño. Es, propiamente, la representación de la ternura.

La obra guarda cierta relación temática a través de su título con el dibujo inmediatamente posterior del Cuaderno C, titulado Abrazo paternal (C.10).