Al cementerio

Dos hombres acarrean un cadáver, uno de los cuales, dispuesto de perfil, sujeta el cuerpo por las piernas, mientras que el que está algo más al fondo lo agarra por la cintura de tal modo que la cabeza del cadáver se desploma hacia adelante ocultando su rostro. Al fondo se ve otro cuerpo sin vida que habrá de ser llevado al cementerio. Un poco más atrás una mujer sujeta entre sus brazos a un niño.

Esta imagen capta el traslado de muertos al cementerio, uno de los grandes problemas tras el incremento masivo de los fallecimientos a causa de la hambruna entre los años 1811 y 1812. Por cuestiones de salud pública se prohibió llevarlos a las iglesias, capillas y ermitas y se decidió que se depositasen en los cementerios públicos, situados a las afueras de las ciudades.

Para Juan Carrete esta imagen de dos hombres que transportan un cadáver podría ser una secularización del entierro de Cristo. Incluso propone como fuente de inspiración la Deposición de Cristo de Caravaggio (Milán, 1571-Port Ercole, 1610) que Goya podría haber conocido o bien durante su estancia en Italia entre 1769 y 1771 o bien a través de un grabado de dicha imagen.