¿De qué sirve una taza?

En medio de un desolado paisaje una mujer auxilia a otras que padecen la terrible hambruna que asoló España durante la Guerra de la Independencia, especialmente entre los años 1811 y 1812. Una de estas mujeres hambrientas, la que está en el centro, yace tumbada con los ojos cerrados, quizá como expresión del agotamiento y sobre sus rodillas se puede ver el cadáver de un niño. Detrás de ella, una mujer mayor totalmente vestida de negro mira con angustia a la figura femenina que está auxiliándolas.

Goya ha empleado el aguatinta para realizar el cielo y el suelo, que tienen la misma apariencia granulosa, hasta tal punto que es difícil discernir dónde empieza uno y dónde acaba otro. Con el aguafuerte ha representado con precisión a las mujeres en el centro de la escena, dejando áreas blancas en el cuerpo de la que está tendida así como en aquella que sujeta en su mano una taza. No existen elementos de distracción que resten protagonismo a quienes están siendo socorridas y tampoco hay referencias espaciales o temporales, lo que confiere a esta escena un carácter marcadamente abstracto y universal.

El título de este grabado expresa la inutilidad de este gesto pese a la buena voluntad de quien lo hace. La situación de hambre era extrema y los recursos de los que se disponía eran muy pocos e insuficientes.

Esta estampa, en la que Goya ha continuado con el tema de la hambruna durante la Guerra de la Independencia que se inicia en la estampa nº 48, Cruel lástima!, se puede relacionar con la nº 52, No llegan a tiempo, una escena de piedad en la que las mujeres se convierten en protagonistas absolutas de la escena.