La Guerra (H.15)

Véase El cántaro roto (H.1).

Una figura femenina, de enigmático rostro y cubierta por un oscuro manto, vuela a lomos de un ave monstruosa y apoya sus pies en sendos estribos. Con su mano derecha empuña un sable y se protege a la derecha con un escudo o rodela. El pájaro, con afiladas garras, parece la combinación de distintas bestias, pues posee cresta de gallo, cuerpo de búho y alas de murciélago. Como es habitual en los dibujos de los cuadernos de Burdeos, el personaje y su diabólica montura ocupan gran parte del espacio compositivo, que simplemente se complementa con algunas líneas tenues que insinúan el celaje. Su disposición es frontal y aparece en perfecta simetría, algo que acentúa la sensación de inminencia de su avance. El aire tétrico de la imagen se refuerza con las profundas sombras en las que sus formas y vestiduras se confunden, aunque sus contornos y pliegues, al igual que las alas membranosas del pájaro, se han perfilado con intensos trazos del lápiz litográfico. Siguiendo la interpretación que ofrece Gassier, Goya está construyendo una alegoría de la Guerra a través de los atributos que porta el personaje; alegoría enriquecida por la combinación de temas presentes en su obra anterior, como la idea del vuelo en sí, los seres de aspecto demoníaco, las aves de mal agüero y las brujas y mujeres voladoras, como las que aparecen en este mismo cuaderno en los dibujos Bruja joven volando sobre una cuerda (H.19), Bruja de viaje (H.27) o Mujer flotando por los aires (H.59).