¡Qué pico de oro!

Dibujo preparatorio para el Capricho 53. ¡Que pico de oro!

Tal y como explica Matilla en esta escena Goya satiriza los vicios de las órdenes religiosas, criticando la degradación de la oratoria sagrada en manos de un clero tan ignorante, como persuasivo.

Pocos dibujos concuerdan tanto con la estampa en cuanto a la composición, y difieren del mismo en la iluminación. En el dibujo la escena es clara, casi sin sombras; salvo algunos medios tonos en ciertas partes. Por el contrario, en la estampa vemos uno de los fondos más densos de aguatinta jamás empleados por Goya. Sobre este fondo, totalmente opaco, un loro, y una serie de personajes que lo escuchan boquiabiertos están iluminados violentamente, como por un foco de luz artificial. Los personajes prácticamente se han trasladado igual a la estampa, la única modificación es la supresión de la silueta del niño ubicado entre las piernas del personaje en primer plano a la izquierda.