Sueño de brujas consumadas (sueño 7º)

Dibujo preparatorio para el Capricho 69. Sopla, la idea inicial aparecía ya en el dibujo La tía chorriones enciende la hoguera. (B. 57).

La escena es un ejemplo, tal y como describe Manuela Mena, de cómo dominar y doblegar los niños a la voluntad de la bruja. En este caso el propósito exacto es el de avivar el fuego, mientras el resto de los magos y brujas admiran los logros de su maestra. Las hazañas de la bruja quedan patentes en la edición final estampada a través de su exitosa expresión alardeando de haber logrado su objetivo. En el cielo otra bruja voladora mira con maternal ternura a los dos infantes que lleva consigo, mientras otra extiende sus alas de poderosa lechuza y mira al cielo con gratitud.

Esta es una de las escenas en las que Goya utilizó la bruja y sus actos demoníacos como metáfora de la maldad del hombre. Es uno de los dibujos más sofisticados y técnicamente complejos, con anatomía muy detallada y grotescos rostros.

Está relacionado también con el dibujo preparatorio Sueño 6. Pregón de brujas prohibiendo a las que no pasan de treinta años, por más mérito que tengan en volar.

En el dibujo se observa la impronta de la huella de la lámina, dejada por la presión del tórculo durante el proceso de calco sobre la plancha de cobre de 214 x 150 mm, además de puntizones verticales de 25-26 mm