Un caballero español mata un toro después de haber perdido el caballo (dibujo preparatorio)

Véase Modo como los antiguos españoles cazaban los toros a caballo en el campo.

Con esta escena, boceto de la estampa Un caballero español mata un toro después de haber perdido el caballo Goya inicia una nueva serie de temas relacionados con los orígenes caballerescos del toreo. Representa a caballeros cristianos de varias épocas festejando con toros, y el contraste entre figuras humanas y animales es sorprendente.

Como decía el Conde la Viñaza en 1887, los caballeros se caracterizan por su indumentaria inadecuada.  En este sentido Lafuente Ferrari señaló que esta vestimenta recordaba al bufón Don Juan de Austria de Velázquez. Aunque, las poses forzadas no aportan realismo al personaje.

Como expone Matilla cuando se trata de animales, especialmente caballos, Goya muestra un conocimiento preciso de su morfología. Este boceto muestra un caballero y un toro, transferidos con bastante fidelidad a la estampa. En segundo plano se muestra al caballo muerto tras su jinete, mientas que en el grabado el caballo parece ser un espectador, acostado boca arriba con la cabeza en alto. Con una de sus patas traseras extendida, era evidente que estaba luchando por levantarse debido a su lesión. Esta es la parte más dramática de la escena, mucho más que la muerte teatral del toro a manos del caballero.

Mediante diversos recursos compositivo el artista acentúa los elementos que aportan tensión a la imagen, así los cuernos del toro forman un semicírculo, circunscrito por la mano del caballero que empuña la espada. Los cuernos y las manos son herramientas de guerra entre el hombre y la bestia. También suprime las referencias espaciales y crea un foco de luz en el horizonte donde se recortan las figuras, según Matilla.