Cabeza de perfil con sombrero de copa alta (atribuido a Javier Goya)

Cabeza de perfil hacia la izquierda, de rostro sonriente, tocada con un sombrero de copa que se ha completado con una retícula de trazos. Se trata de un esbozo apenas desarrollado, realizado a lápiz negro, de torpe esquematismo e ingenua factura, carente por completo de la pericia de Goya, con cuyo estilo nada tiene que ver. Se trataría más bien de un dibujo infantil. Manuela B. Mena planteó la posibilidad de que fuera obra del pequeño Javier Goya (1784-1854), hijo del pintor, al igual que otros muchos dibujos del Cuaderno italiano (pp. 100, 101, 106, 107, 108, 117, 119, ¿121?, 129, 133 y 148, por completo, y pp. 71 y 79, parcialmente). No obstante, el uso del sombrero de copa, el cuello alto duro y el pelo corto y rizado, le generaron dudas cronológicas que pondrían en cuestión la autoría por parte del citado Javier Goya, pues el moderno sombrero de copa alta no llegó a España hasta finales de la década de 1790 (aunque existía el precedente del sombrero de copa renacentista y barroco), siendo uno de los pioneros en su uso el propio Goya, que se representó con uno similar al del dibujo en el autorretrato del frontispicio de los Caprichos en torno a 1799, fecha en que terminó dicha serie de grabados. Mena planteó como hipótesis secundaria que este dibujo correspondiera, junto al de la página siguiente del taccuino goyesco (p. 119), a una cronología muy posterior, cercana a la década de 1820, cuando se generalizó el uso del sombrero de copa, en cuyo caso el autor más factible sería la pequeña Rosarito Weiss (1814-1843), que aprendía a dibujar con el pintor desde 1821 y que era la hija del ama de llaves de este, Leocadia Zorrilla. No obstante, Mena se inclina preferentemente por la autoría de Javier Goya.

Este dibujo forma pareja con el de la página siguiente del Cuaderno italiano (p. 119), de iconografía y factura muy similares.