Disparate claro

Un soldado con uniforme francés cae de manera aparatosa a un abismo que se abre en el ángulo inferior izquierdo de la composición, tras descabalgarse del caballo, mientras dos frailes observan horrorizados el espectáculo. A la derecha un religioso o un predicador, excitado, dirige su arenga a dos personajes arrodillados a su izquierda. Abre sus brazos con sus dedos índices extendidos señalando, en direcciones opuestas, a la luz y al precipicio al que cae el soldado. Por detrás, unos hombres sujetan un amplio cortinaje mediante posturas acrobáticas. Una masa de lluvia cae oblicua por el ángulo superior izquierdo. El tablado sobre el que se dispone el grupo de personajes y el entoldado dotan a la estampa de un valor escenográfico que se acrecienta con una iluminación como de candilejas.

En la prueba de estado del Museum of Fine Arts de Boston no aparece el jinete que cae al abismo. En su lugar un haz de rayos o fuego surge de él. Ahí podría residir la clave del significado de la estampa, ya que el clérigo señalaría al cielo y al infierno, la salvación y la condenación. Goya haría un ataque contra el fanatismo religioso y la palabrería de los predicadores y oradores eclesiásticos. De hecho, la atención se centra en el predicador, pues su fanatismo deforma su propio rostro y sus manos quedan iluminadas. El hecho de que un soldado francés caiga a los infiernos se pondría en relación con la atmósfera de posguerra. También se ha visto en los acróbatas una alusión a los liberales, ya que se apoyarían unos a otros para levantar el velo que envuelve a la sociedad en la oscuridad y la ignorancia.

Se conserva el dibujo preparatorio de la presente estampa, titulado también Disparate claro.