Divina Razón. No dejes ninguno (C.122)

Véase Por no trabajar (C.1).

Estamos ante otro dibujo en el que Goya nos presenta una figura alegórica, mezcla en este caso de la joven, coronada de laurel y vestida de blanco, que representa para Goya la Verdad, y la balanza de la Justicia. Aquí, la muchacha lleva en la mano derecha un látigo, con el que ahuyenta a una bandada de pájaros negros, seguramente cuervos, símbolo de las fuerzas oscuras de la ignorancia y la intolerancia, mientras que con la mano izquierda porta la balanza de la Justicia.

Gassier ve en este dibujo un claro ataque de la Verdad a las órdenes monásticas. La leyenda está escrita en dos tintas diferentes y en ella Goya se hace eco probablemente de la supresión de las órdenes monacales durante el Trienio Liberal (1820-1823). Por su parte, Armstrong ve en esta escena una reinterpretación del tema bíblico de la Expulsión de los mercaderes del templo, con una composición parecida al aguafuerte de Rembrandt sobre este mismo tema.

Este dibujo pertenece a la subserie de trece dibujos sobre la vida monástica (C.119-C.131) que cierra el Cuaderno C, concretamente al subgrupo de siete obras centrado en la crítica satírica de la misma.