Dure la alegría (C.116)

Véase Por no trabajar (C.1).

Dibujo oscuro en el que destaca la figura femenina que encontramos a la izquierda, sentada en una silla y que nos da la espalda. Está delante de una mesa llena de vasos y rodeada de hombres y extraños personajes con rostros muy deformados que recuerdan a los de las Pinturas Negras. Al otro extremo de la mesa, a la derecha, vemos otra silla en la que aparece sentado un hombre, también de espaldas, que se llegó a identificar con José I Bonaparte, hipótesis hoy desechada.

Gassier descarta una lectura relacionada con los dibujos anteriores del Cuaderno C y cree que la interpretación más adecuada tendría que ver con la política. Por un lado, considera que podría representar al pueblo alborozado brindando con un hombre y una mujer de la nobleza, símbolo de la reconciliación social. Por otro lado, una segunda interpretación se basaría en la digna postura de la mujer, totalmente vestida de blanco, y en la actitud contraria del hombre, encogido en el asiento. En ese caso, estaríamos ante el pueblo bebiendo en la misma mesa que el rey Fernando VII en presencia de la propia Constitución, personificada en la dama. En ambas hipótesis, la leyenda que acompaña al dibujo expresaría el deseo, algo escéptico, de que la nueva realidad social durara.

Paradójicamente, López-Rey no incluyó este dibujo dentro de su estudio.