Plorante tendido en el suelo, reclinado sobre un bloque de piedra

En esta página encontramos una figura en actitud plañidera tumbada en el suelo, con las piernas extendidas, los pies desnudos y el cuerpo de medio perfil recostado en un bloque de piedra cuadrangular. La cabeza se dispone inclinada y las manos cruzadas en actitud de oración o lamentación. Según Anna Reuter, Goya dibujó esta figura probablemente delante de un maniquí, estando relacionada con su posible asistencia a la Académie de France en Roma, entonces dirigida por Charles Natoire (1700-1777), en la que el estudio del dibujo de paños se acometía ante modelos del natural o maniquíes de madera. Por su parte, Raquel Gallego apreció la similitud de esta figura tendida con un dibujo del artista francés André Lebrun (1737-1811), formado precisamente en la referida academia, conservado en el Museo de Bellas Artes de Marsella. Según Manuela Mena, la figura recuerda también al plorante o alegoría de la tristeza del grabado de Pierre-Philippe Choffard (1730-1809), sobre dibujo del propio Goya, del frontispicio del Elogio fúnebre de Carlos Lemaur, obra de 1788 para la que el pintor aragonés se inspiró sin duda en este dibujo precedente de su propia mano introduciendo ligeras variantes.

Goya realizó este dibujo a base de trazos suaves de lápiz negro, logrando una de las obras más conseguidas y bellas de la serie inicial del Cuaderno italiano gracias a la magistral sugerencia del volumen de la figura y la diversa incidencia de la luz sobre los despejados pies, las angulosas manos y los complejos paños.

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