Cabeza de asno (en marco y con figuras) y cabeza de galgo

En este dibujo a lápiz negro del Cuaderno italiano, en la parte de arriba, una cabeza de asno asoma por una ventana cuyo marco se ha añadido después de realizado el apunte del animal. En el alfeizar, dos figurillas humanas, una de las cuales, arrodillada, muestra una cartela al citado asno como pretendiendo que la lea. En la parte inferior del dibujo, a la derecha, se dispone la cabeza de perfil de un perro de hocico afilado, sin duda un galgo.

Ocurrencia que parece realizada en dos tiempos, sin pretensión de crear una escena o un hilo narrativo entre las dos partes del dibujo. Parece más bien el resultado de querer fijar ideas o apuntes para trabajarlos posteriormente. Así se explicaría también la existencia de varios dibujos de asnos en el mismo Cuaderno italiano (pp. 68 y 69). No obstante, el contraste entre el asno, que Goya empleó siempre como símbolo de ignorancia, y las figurillas humanas, prefigura la línea satírica que el aragonés desarrollará a partir de la década de 1790 tanto en el dibujo como en la estampa. De hecho, Anna Reuter explicó la escena superior como un adelanto iconográfico del aguafuerte Disparate de Bestia (1815-1819), con unos orientales mostrando un gran libro a un elefante.

Por otro lado, en cuanto a los referentes iconográficos, José Manuel Arnaiz relacionó estos apuntes de animales con las esculturas animalísticas clásicas de la Sala degli Animali del Museo Pio-Clementino del Vaticano, que Goya sin duda conoció durante su estancia romana, aunque sin precisar modelos concretos. No obstante, se puede concretar que la referencia para la cabeza de galgo fue probablemente la escultura de lebrel sentado de testa alzada olfateando el aire del citado museo.