Estudios de las figuras de Aníbal y del Genio

En la parte superior de esta página del Cuaderno italiano Goya hizo dos anotaciones a pluma de carácter personal, una de ellas, la inferior, el posible encabezamiento del borrador de una carta.

En el centro de la página, con la orientación girada respecto al eje principal de la misma, el pintor aragonés realizó sendos esbozos a lápiz negro y a pluma respectivamente, dispuestos en paralelo, de un guerrero de aspecto clásico, sin duda estudios preparatorios para la figura del general cartaginés Aníbal del lienzo que envió en mayo de 1771 al concurso de la Accademia di Belle Arti di Parma, titulado Aníbal vencedor, que por primera vez mira Italia desde los Alpes.

El esbozo ejecutado a lápiz, muy esquemático, ha sido interpretado en el pasado por algunos autores como un estudio de la figura del genio alado que en la obra definitiva acompaña a Aníbal a su espalda. Sin embargo, la hipótesis hoy más aceptada es la que se inclina por interpretarlo como un ensayo de la figura del propio Aníbal, pues, a la manera de los militares clásicos, lleva manto, coraza y las piernas desnudas. Se dispone de manera frontal, con la actitud de avanzar hacia delante y con su brazo derecho extendido, como en el lienzo definitivo.

Por su parte, el esbozo realizado a pluma, en realidad un esquemático tanteo a lápiz negro repasado posteriormente con tinta, sí que es sin duda, a tenor de sus características mucho más evidentes, un estudio preparatorio para la figura de Aníbal. Goya lo dispuso junto al otro, sin duda para poder comparar las dos opciones que estaba barajando para resolver la imagen del general cartaginés, optando en un principio por esta, lo que explicaría que hubiera repasado el dibujo con tinta. No obstante, las diferencias con la idea definitiva plasmada en el óleo serán todavía muy notables. En este caso, el personaje se dispone de tres cuartos, vestido con coraza, manto y yelmo con cimera, y parece avanzar hacia el frente al adelantar su pierna diestra.

Para plantear estos dos esbozos de Aníbal y la propia configuración del personaje en el lienzo final, el pintor aragonés pudo basarse en estampas de héroes clásicos como las del grabador germano Johann Elias Ridinger (1698-1767). De hecho, como destacó Manuela B. Mena en el segundo  volumen del catálogo razonado de los dibujos de Goya, un dibujo de Ridinger del propio Aníbal fechado en 1746, según parece preparatorio para una estampa, presenta grandes paralelismos con la resolución del personaje adoptada por el aragonés, empezando por la indumentaria, disposición y actitud del héroe y siguiendo por su aspecto fuerte y varonil, muy alejado de los refinados modelos de otros autores coetáneos.