Jerónimo Fernández o Hernández

Este y alrededor de otros diez dibujos más fueron realizados por Goya hacia 1798-1799 para ser grabados e ilustrar el Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España de su amigo el escritor, historiador, pintor y crítico de arte Juan Agustín Ceán Bermúdez. Goya realizó los retratos de artistas, más el del propio autor, basándose en modelos antiguos que le proporcionó Ceán de su colección, muy vinculada al mercado del arte sevillano. Sin embargo, por motivos económicos, los dibujos nunca se llegaron a grabar y la obra fue publicada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en seis tomos entre 1800 y 1801 pero sin las ilustraciones.

Jerónimo Fernández o Hernández (ca. 1540-1586) fue un destacado escultor renacentista abulense que desarrolló la totalidad de su carrera en Sevilla, a la que se trasladó con su maestro, Bautista Vázquez el Viejo, en 1560. Muy pronto, gracias a sus grandes cualidades como escultor, a su amplia erudición de raíz clásica y a sus grandes dotes docentes, se convirtió en uno de los artistas más influyentes de la pujante ciudad hispalense, en la que realizó piezas de imaginería, trazo retablos e incluso diseñó elementos arquitectónicos.

Este retrato muestra al personaje de busto, algo ladeado hacia su derecha, vistiendo jubón y una amplia gorguera de lechuguilla típica del último tercio del siglo XVI, un claro símbolo del estatus social alcanzado. En el mismo quedan perfectamente individualizados los rasgos fisionómicos del escultor en plena madurez, destacando su enjuto rostro de afilada barba, nariz prominente, pobladas cejas y escaso cabello con grandes entradas. Responde plenamente a las características de los dibujos que son de atribución segura a Goya dentro de la serie de retratos de artistas españoles para el diccionario de Ceán Bermúdez (técnica abreviada, fondo de rayado horizontal, inscripción autógrafa en la base…), aunque dicha atribución es relativamente reciente, de 1993 y debida al prestigioso especialista Alfonso E. Pérez Sánchez, quien lo localizó entre los fondos de la Biblioteca Nacional junto a otro retrato de Goya de la misma serie hasta entonces también inédito: uno de Pablo de Céspedes. Ambos dibujos provenían de la Colección Carderera.