Los moros establecidos en España, prescindiendo de las supersticiones de su Alcorán, adoptaron esta caza y arte, y lancean un toro en el campo

Véase Modo como los antiguos españoles cazaban los toros a caballo en el campo.

Con esta estampa, dedicada como las dos anteriores a la caza salvaje, comienza un subgrupo, dentro del grupo de escenas “históricas” de la Tauromaquia (nº 1-11), de siete grabados dedicados al toreo en España en época de los moros (nº 3-8 y 17).

La escena resulta especialmente dura, pues el toro acaba de descabalgar a un jinete que le ha clavado una lanza que le atraviesa el vientre de lado a lado. El caballo, a la derecha y de cuartos traseros, aparece desventrado, con los intestinos cayendo sobre la arena. Al otro lado del astado, equilibrando la composición, tres personajes a pie lo hieren con espadas. Los hombres van ataviados como los turcos o los mamelucos del ejército napoleónico.

El escenario está levemente insinuado, sin ningún elemento referencial preciso sobre el lugar donde transcurren los hechos.

Se conserva el dibujo preparatorio de la presente estampa, titulado también Los moros establecidos en España, prescindiendo de las supersticiones de su Alcorán, adoptaron esta caza y arte, y lancean un toro en el campo.