Sin camisa son felices (C.126)

Véase Por no trabajar (C.1).

Con este dibujo comienza el subgrupo de seis obras que cierra la subserie de trece dibujos sobre la vida monacal (C.119-C.131) que pone fin al Cuaderno C sin contar el dibujo que sirve de colofón. Este subgrupo, como el anterior, se dedica también a la realidad monacal, pero centrándose en un aspecto concreto que diferencia notablemente a las obras que lo integran de dibujos anteriores del cuaderno: el abandono del hábito por parte de los miembros de las órdenes religiosas, muy probablemente a raíz de la supresión y exclaustración de los monasterios españoles y la reforma de los conventos decretada a comienzos del Trienio Liberal (1820-1823), en concreto el 25 de octubre de 1820.

A ese abandono de los hábitos hace referencia la leyenda que acompaña al dibujo que nos ocupa, cuyo tono resulta muy diferente al de las obras inmediatamente anteriores. En vez de criticar a los monjes, Goya se vuelve comprensivo hacia ellos porque de pronto se conmueve con su nueva situación, aunque también se felicita. En concreto, aquí vemos a dos viejos monjes con barbas blancas que, según el artista aragonés, están felices de quitarse el hábito. Llevan las alforjas al hombro ya que se dirigen al campo, aunque no sabemos qué vida les espera. En este y en los cinco dibujos siguientes el artista aragonés constatará la nueva realidad en sus diferentes vertientes y se cuestionará qué hacer con todas esas personas salidas de los monasterios por decreto.