Loco (G.17)

Véase Se hace militar (G.1).

La leyenda original, Calabozo, que aparece parcialmente borrada, parecía convertir a este enfermo mental en simple prisionero. El título Loco, según Gassier, sería posterior y explicaría la separación de este dibujo, dentro de la numeración dada por Goya a los dibujos de este Cuaderno G, del resto de un grupo importante de trece escenas protagonizadas por enfermos de diverso género. La locura es un tema transversal en la obra de Goya y, por ejemplo, aparece representada en la pintura Casa de locos (ca. 1814-1816) (enlazar), aunque con un enfoque distinto al de estos dibujos bordeleses. Estos dibujos poseen en común con ella una puesta en escena muy similar, con la recreación del ambiente asfixiante y sombrío de un manicomio: los fondos neutros y en blanco de otros dibujos son sustituidos aquí por un fondo en sombra en el que se distinguen los sillares de las paredes. Junto a unos escalones, el loco protagonista aparece iluminado y destacado del fondo oscuro, iluminado quizá por la luz de la puerta del calabozo que alguien acaba de abrir. Así cobraría sentido la actitud fuera de sí del cautivo y su rostro horrorizado. Goya lo ha representado, creando una composición en triángulo, apoyado sobre sus piernas abiertas y enarbolando por encima de su cabeza lo que parece un palo, en clara posición de defensa. Vestido con andrajos, la tensión se centra en la expresión de sus enormes ojos desorbitados y del grito que parece emitir su boca, moviendo más a la compasión hacia el drama humano que al temor por lo irracional y grotesco.