Milagro de una resurrección. Lista de las ciudades visitadas por Goya en Italia

En esta página del Cuaderno italiano Goya anotó, en dos columnas separadas por unas líneas, tal y como sugirió Anna Reuter, el listado de las ciudades que visitó, por considerarlas imprescindibles, durante un viaje por el norte de la Península Itálica previo a su embarque para regresar a España a mediados de 1771. Según Reuter, el listado es coincidente a grandes rasgos con el camino que se recorría por diligencia, desglosado en los itinerarios entonces vigentes. En dicho listado, Goya llegó  a especificar que ciudades consideraba mejores y cuales había visto solo por el exterior. Lo finalizó matizando que había visitado muchas más ciudades de las que no se acordaba. La mayoría de las localidades las anotó a pluma con tinta de bugalla o ferrogálica, excepto alguna, como Recanati, Milán o Marsella, que apuntó a sanguina, sin duda posteriormente. También mencionó, aunque como añadido ulterior, algunas ciudades francesas por la que pasó, como Tolon o Marsella. Como es evidente, Goya visitó las grandes capitales del norte de Italia, ruta elegida habitualmente por los pensionados en las academias italianas, pues los  directores de las mismas aconsejaban a sus estudiantes viajar al menos a Florencia, Venecia y Bolonia. Paradójicamente, Florencia no figura en la lista, lo que quizá se debió a que la visitó en un viaje específico previo.

Bajo el listado de las ciudades se intuye un ligero apunte a sanguina de una escena sin identificación concreta que incluye tres figuras emplazadas en lo que parece ser un amplio espacio arquitectónico con arcadas. Una de las figuras, de torso y muslo repasado a pluma, parece estar desnuda, tendida en el suelo con el codo apoyado en una protuberancia y la cabeza recostada en su mano, mientras que otra, dispuesta de perfil en el centro y al parecer masculina, pues presenta pelo corto, inclinándose hacia la derecha sobre ella, parece bendecirla o conminarla. Esta segunda figura va vestida con una túnica que se ajusta a sus piernas. Al fondo a la izquierda una tercera figura levanta los brazos con aparente gesto de asombro. La idea reflejada en esta composición pudo ser un estudio preparatoria para una obra goyesca del periodo italiano, pudiendo referirse quizá a alguno de los milagros de Jesucristo, como la Resurrección de Lázaro, asunto del que sin embargo no hay constancia en la obra del pintor. Muchos años después Goya empleó una postura inclinada similar a la de la figura central al representar a San Antonio de Padua en el fresco de la cúpula de la Ermita de San Antonio de la Florida de Madrid (1798). En cualquier caso, este dibujo ya debía de haber perdido su funcionalidad o había sido descartado cuando Goya emprendió el viaje de regreso a España o poco después, pues lo cubrió con el listado de ciudades visitadas ya mencionado.

En la página anterior a esta se advierte el calco por contacto del listado de ciudades así como de parte de la figura inclinada de la escena subyacente, sin duda transferida también por contacto aunque probablemente repasada por el pintor.