Por traer canutos de diablos de Bayona (C.86)

Véase Por no trabajar (C.1).

Este es el segundo dibujo del subgrupo de 8 dibujos correlativos (C.85-C.92), correspondientes a exposiciones públicas o ejecuciones de condenados por la Inquisición, que se incluye en el Cuaderno C como parte de una subserie general de 29 dibujos correlativos (C.85-C.114) dedicados a presos y torturados por el Santo Oficio.

En esta escena vemos a un compungido reo sentado al que apenas se le vislumbra la cara, que queda en sombra. Va vestido con el sambenito y la coroza, símbolos de su infamia, y porta una vela entre las manos. Parece estar subido en un estrado, pues al fondo se intuye, muy abocetada, la masa de público que presenciará el castigo que le va a ser infligido. Se trata sin duda de una condena de los métodos de la Inquisición, pero no es seguro que la escena representada corresponda con el momento que en que se dibujó. Bayona era ya en 1792-1793 el centro de la propaganda revolucionaria y desde allí había quien enviaba a España pasquines propagandísticos, los llamados canutos, contra la intolerancia y la tiranía. Posteriormente, a partir de 1814, se inició una corriente parecida contra el absolutismo de Fernando VII.

Gassier considera que el condenado soporta una pena de infamia seguida por el destierro o la relegación en un convento. Para López-Rey se trataría del reflejo de un hecho contemporáneo a Goya. Cree además que el representado sería partidario de Napoleón.