Le pusieron mordaza porque hablaba (C.87)

Véase Por no trabajar (C.1).

Este es el tercer dibujo del subgrupo de 8 dibujos correlativos (C.85-C.92), correspondientes a exposiciones públicas o ejecuciones de condenados por la Inquisición, que se incluye en el Cuaderno C como parte de una subserie general de 29 dibujos correlativos (C.85-C.114) dedicados a presos y torturados por el Santo Oficio.

Al igual que en el dibujo precedente, en este vemos también a un condenado del Santo Oficio expuesto sobre un estrado, portando la coroza y el sambenito, en el que está escrito su delito. También está sentado y entre las manos atadas lleva una vela. Además tiene una mordaza puesta en la boca y los pies ligados. En este caso sí vemos su rostro, compungido y de tristeza. Al fondo se aprecia de nuevo la masa de gente que se agolpa para ver el suceso, que recuerda a las muchedumbres plasmadas por Goya en las estampas de la Tauromaquia. La composición resulta muy similar a la del dibujo anterior.

La leyenda escrita sobre el sambenito del reo se refiere a un hecho que realmente ocurrió en Zaragoza y del que Goya debía de tener conocimiento directo. Gassier recuerda que una escena de este género la describió Moratín en su diario en 1804. El motivo de la condena indica un caso de brujería.